Gentleman

PROPÓSITOS

CON EL COMIENZO DEL AÑO, se produce también el inevitable listado de propósitos para cumplir a lo largo de los próximos 12 meses. Como todo en el vida, los hay realizables y otros, simplemente, son quimeras que el tiempo se encarga de devolver a la realidad. O lo que es lo mismo, se quedan en un ejercicio de voluntarismo que acaba en un cierto fracaso del que rápidamente nos olvidamos. No vamos a hacer una relación de estos últimos, porque lo que verdaderamente nos interesa son aquellos que permanecen en el tiempo y llegan a buen puerto. Porque ese es el verdadero mérito, el de no cejar en el empeño y convertir el propósito en algo efectivo. Y de esto, afortunadamente, tenemos bastantes ejemplos en esta revista. Eso es lo que hicieron en su momento los nombres del año que acaba de finalizar y que para los que formamos parte de esta publicación atesoran elementos de valor suficientes como para engrosar no solo esta lista sino para ser candidatos acreditados para un galardón de GENTLEMAN. Ese es también uno de nuestros seculares propósitos, encontrar en cada número de la revista personas que cumplen con un precepto tan necesario como complejo para ofrecer un estilo de vida de calidad. Hablamos por supuesto de la excelencia, un término definitorio y definitivo que no está al alcance de todos, y que distingue a aquellos que marcan un estilo. Es el caso de Javier Rey, nuestra portada para comenzar el año, un brillante ejemplo de capacidad para sorprender y deleitar al espectador con unos registros actoriales diferentes. Hablamos de un actor de personajes, de la pasión de Rey por crearlos. Basta un repaso a su filmografía para entender esta aseveración y si alguien todavía no ha visto La última noche en Tremor –una de sus últimas interpretaciones–, debería anotarlo en su agenda para un visionado urgente. En plena madurez creativa, su método es siempre el mismo: crea al personaje desde cero, y le insufla la personalidad y el carácter. Y eso, aunque pueda parecer una perogrullada, es donde radica la excelencia de un actor, en hacer personajes que no solo sean perfectos en su ejecución, sino que además sean creíbles, cercanos. No es el único personaje que, en esta edición, demuestra por dónde hay que moverse para ofrecer dosis de excelencia. Es lo que hizo durante casi un siglo el fotógrafo Irving Penn. Una muestra con el nombre de Irving Penn: Centennial repasa su carrera desde sus comienzos a finales de la década de 1930 hasta los primeros años del siglo XXI. Con más de 160 fotografías y otras piezas únicas, es uno de los platos fuertes expositivos de este comienzo de año. ¿El escenario? La Fundación Marta Ortega Pérez (MOP). Entre nuestros propósitos de comienzo de año siempre está el dar pistas sobre qué y cómo moverse en la temporada de nieve. Este año no iba a ser menos, incluida la moda que lo acompaña. Es el complemento perfecto para entender que la línea de propósitos no cambia, simplemente evoluciona. Eso también es excelencia. Ricardo Balbontín. Director. Seguir leyendo