El Cultural

IRENE MONTERO

“Para que las cosas cambien hay que obligarlas a cambiar”, escribe Irene Montero en su interesante libro Algo habremos hecho (Navona). Con claridad, con sorprendente objetividad y sin agresividades ni tapujos, Irene Montero demuestra en este libro que su carrera política no deriva de simpatías y recomendaciones sino de calidad personal. Considera la autora que el feminismo es el movimiento político con más capacidad de transformación democrática del último medio siglo. Si analizamos el mundo islámico, el animismo africano o ciertas naciones extremorientales llegaremos a esta conclusión: la verdad feminista permanece arrollada en una buena parte del mundo y su revolución, tras triunfar en Europa y Estados Unidos, tiene por delante un largo camino a recorrer cebado de obstáculos. En Algo habremos hecho, expresión que corresponde a Vicky Rosell, su autora se enfrenta con los poderes mediáticos que “tienen intereses económicos y hacen política a través de la línea editorial”. Se revuelve contra el PSOE sanchista: “… el Partido Socialista aprovechó la guerra sucia contra Podemos para golpearme de una forma cruel y dura”. A pesar de eso, y conforme al riguroso relato histórico de Irene Montero, en las elecciones de 2015 Podemos se alzó con 69 escaños y cinco millones de votos. “Rompimos definitivamente el sistema bipartidista”. “Pablo es una fuerza de la naturaleza –añade la autora– y una de las personas con más capacidad para hacer frente a las cosas más difíciles”. Se refiere a Pedro Sánchez con desdén: “No ha intentado introducir un solo cambio para demócratas… sino que ha puesto todos sus esfuerzos en ser aceptado por esos poderes”, alimentando que “a Podemos se le golpease sin piedad para su beneficio electoral”. Y añade que “cuando el PSOE fue consciente de que una parte de la dirección de Podemos sí estaba dispuesta a facilitar un acuerdo con Ciudadanos lo aprovecharon para legitimar el perfil de Íñigo Errejón a través de un excelente trato mediático mientras golpeaban sin descanso a Pablo Iglesias”. Atribuye con razón Irene Montero el éxito de la moción de censura a Podemos. Gracias a Pablo Iglesias, Pedro Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno. Pero el líder socialista rechazaba de plano un Ejecutivo de coalición con Podemos. Al final, y a pesar de sus declaraciones públicas, Pedro Sánchez tuvo que doblegarse y aceptar genuflexo ese Gobierno de coalición con Pablo Iglesias como vicepresidente y varios podemitas en el Consejo de Ministros, entre ellos la autora de este libro, que se convirtió en ministra de Igualdad. Desde el primer momento, Irene Montero exigió que la relación entre PSOE y Podemos fuera de trabajo conjunto y no de subordinación. Eso motivará una tensión permanente, y a la larga la traición de Yolanda, a la que alguien calificó de Yolanda Díaz Iscariote. Se lo debe todo a Pablo Iglesias y cometió el mayor acto de traición que recuerda la democracia española. A Irene Montero, según cuenta ella misma, pretendió consolarla tras la crisis, enviándola de embajadora a Chile. Se tropezó con la digna respuesta de la exministra, respaldada por la inteligente Ione Belarra. “Estamos en un momento –escribe Irene Montero– que Gramsci describió como de claro oscuro”. Sandro Pertini, siendo presidente de Italia, me contó que estuvo en la cárcel en la misma celda con Gramsci. Se volcó en el elogio del impulsor del eurocomunismo. Está claro que Irene Montero lo admira. La autora fustiga a Íñigo Errejón y recomienda leer “para deleitarse con su nivel de obscenidad el artículo Errejón, el uno bis”… Se lamenta también de los escraches que le hicieron en su casa de Galapagar soportados por varios niños pequeños. Se trata, por cierto, de un chalecito de clase media, no de un casoplón ni una mansión. Y a 50 kilómetros de Madrid. Irene Monero ha demostrado, en fin, contra los que se esfuerzan por denigrarla, calidad intelectual, oratoria sobresaliente y firmeza de ideas. Podría decir con Simone de Beauvoir: “Que nadie nos limite. Que nadie nos defina. Que nadie nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia”. Para la autora de Algo habremos hecho, el feminismo es el movimiento público con más capacidad transformadora de nuestro tiempo. Seguir leyendo